La locura por el Yatekomo
Se puede decir que ha sido un de producto estrella desde su lanzamiento hace ya casi 5 años. La marca pertenece a Gallina Blanca, la denominación de la empresa en España que comercializa marcas como Avecrem. Sin embargo, su matriz, la cabecera del negocio español y del internacional, es GB Foods. Esta es una de las empresas que integran el conglomerado empresarial de la familia Carulla, que también son dueños de la cadena de comida rápida Pans & Company y de la enseña de alimentación animal Affinity. El lanzamiento de Yatekomo fue una política de lanzamiento de nuevo producto que supuso una novedad exportadora, ya que no supuso una innovación tecnológica ni innovación para la empresa, que fabricaba fideos con anterioridad. Pero sí que lo fue para el mercado español, al traer el concepto de fideo noodle, que existía y era un éxito en Asia, a España, todo ello con un envase que lo hacía muy cómodo de preparar y comer (aumento de peso en la balanza como satisfactor de necesidades) y una marca muy reconocible y bien promocionada.

En el último año, según indica Fernando Fernández, director general, Gallina Blanca facturó en España 120 millones de euros. “El caldo líquido es el 40%, Yatekomo el 30% y el Avecrem y las sopas se reparten el resto. En 2015, nuestra facturación en España creció un 11% cuando la media del sector es el 4%”, sin duda todo un pelotazo. Muestra de ello es el lanzamiento de productos similares por la competencia últimamente (el producto se halla en en la etapa de crecimiento), por ejemplo compañías como Maggi, Unilever o Gallo, Sin embargo, en el segmento de los noodles, Gallina Blanca roza una cuota de mercado del 65%.
Dicho esto, lo que considera la propia compañía la verdadera y principal causa del éxito de Yatekomo ha sido la distribución, la función comercial que consiste en poner los productos a disposición del consumidor final en la cantidad, momento y lugar adecuado a un coste razonable. Su tipo de distribución es sin duda extensiva, y ahí reside la clave de su éxito, hacer llegar su producto a cualquier establecimiento donde pueda llegar a ser vendido.
Tal y como dice Fernández: "“La verdad es que la distribución nos está reconociendo, estamos en el 100% [de las cadenas de súper e híper]. La distribución quiere productos que funcionen, que tiren del negocio, y nuestro trabajo es hacerles ver que tienen que desarrollar nuestras categorías, los caldos, las sopas, productos preparados… porque es la forma de generar negocio para nosotros y para ellos”.
Gozando de la ventaja de tener un precio muy bajo (balanza imagen de gasto), su facilidad de preparación y su grado de distribución lo han convertido en un producto estrella que se vende "como churros". Su éxito, de rebote, ha dado un impulso al segmento de los platos preparados, que estaba estancado. Desde 2013, ha pasado de suponer un volumen de facturación de 30 millones de euros a alcanzar los 80 millones. “Los consumidores cada vez tienen menos tiempo y menos conocimientos culinarios”, apunta Fernández.


En el último año, según indica Fernando Fernández, director general, Gallina Blanca facturó en España 120 millones de euros. “El caldo líquido es el 40%, Yatekomo el 30% y el Avecrem y las sopas se reparten el resto. En 2015, nuestra facturación en España creció un 11% cuando la media del sector es el 4%”, sin duda todo un pelotazo. Muestra de ello es el lanzamiento de productos similares por la competencia últimamente (el producto se halla en en la etapa de crecimiento), por ejemplo compañías como Maggi, Unilever o Gallo, Sin embargo, en el segmento de los noodles, Gallina Blanca roza una cuota de mercado del 65%.
Dicho esto, lo que considera la propia compañía la verdadera y principal causa del éxito de Yatekomo ha sido la distribución, la función comercial que consiste en poner los productos a disposición del consumidor final en la cantidad, momento y lugar adecuado a un coste razonable. Su tipo de distribución es sin duda extensiva, y ahí reside la clave de su éxito, hacer llegar su producto a cualquier establecimiento donde pueda llegar a ser vendido.
Tal y como dice Fernández: "“La verdad es que la distribución nos está reconociendo, estamos en el 100% [de las cadenas de súper e híper]. La distribución quiere productos que funcionen, que tiren del negocio, y nuestro trabajo es hacerles ver que tienen que desarrollar nuestras categorías, los caldos, las sopas, productos preparados… porque es la forma de generar negocio para nosotros y para ellos”.
Gozando de la ventaja de tener un precio muy bajo (balanza imagen de gasto), su facilidad de preparación y su grado de distribución lo han convertido en un producto estrella que se vende "como churros". Su éxito, de rebote, ha dado un impulso al segmento de los platos preparados, que estaba estancado. Desde 2013, ha pasado de suponer un volumen de facturación de 30 millones de euros a alcanzar los 80 millones. “Los consumidores cada vez tienen menos tiempo y menos conocimientos culinarios”, apunta Fernández.

Sin duda la compañía ha acertado con un producto que demandaban los consumidores, el reto ahora mismo para la compañía es mantener esta posición, porque sin duda llegará el momento del ciclo de vida del producto en el que las ventas empezarán a estancarse, y ese será un momento clave para la compañía en cuanto a elección de una nueva estrategia de marketing necesaria.
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